viernes, 27 de abril de 2012

De Bilbao de toda la vida


Mis padres son de Bilbao. Mis abuelos maternos, también. Los paternos no, pero vivieron allí tantos años como para tener una camada de diez y ser todos de Bilbao. De mis seis hermanos, cuatro han nacido en Bilbao. Mantengo tíos, primos, sobrinos, tíos de primos y primos de tíos viviendo allí a los que muchos, ni conozco. El "asento" sale en cuanto se juntan dos o tres aunque haga años que no has visto el Puente Colgante. Las eses suaves y las erres bien sonoras, no se vaya a no notar la procedencia.

Los de Bilbao se buscan y se encuentran. Si te presentan a alguien y durante los diez primeros minutos no te ha dicho que es de Bilbao es que no lo es. Si te lo ha dicho y quizá se te haya ocurrido responder que conoces a alguien de allí, te esperan diez minutos interminables de apellidos, familias, barrios y vecinos. Encontrar los lugares comunes es fundamental para un bilbaíno. Si tienes suerte quizá no se conozcan (cosa rara) pero si efectivamente un primo de los Satrústegui se casó con el pequeño de los Zunzunegui y tú fuiste a la boda, ay amigo, tu tarde va a ser muy larga pero, eso sí, tendrás un aliado indiscutible el resto de la velada.

Todavía me pregunto cómo he sobrevivido en ese entorno con cierta salud mental habiendo nacido en Barcelona y vivido toda mi vida en Madrid. A veces me he justificado con sorna (los de Bilbao nacemos donde nos da la gana) y otras con pedantería (sé distinguir un pastel de arroz de Zuricalday de uno de Arrese) pero la mayoría del tiempo no me ha hecho falta justificación alguna porque he sentido de manera natural el arraigo a la tierra del que hablaba mi abuela y que mi madre nos ha transmitido a tres generaciones a través de la receta del marmitako.

A los de Bilbao les pasa como a mí, que les jode que les arrinconen al final del ascensor por enanos y que los que entran digan: "¡al fondo hay sitio!" porque no se les ve. Uno de Bilbao quiere que se le vea y utiliza su ciudad como estandarte sin ahorrar ni un solo detalle. No se me ocurre mejor sitio para organizar un tour girlie craftie porque desde luego es la única cara de Bilbao que no he exprimido y estoy segura que con lo que llueve las tiendas handmade tienen que encontrarse debajo de las piedras. Qué gran plan. Si es que ya lo dijo mi abuela "que siendo de Bilbao una no puede ser humilde".

Mi alegría, pues, ha sido infinita cuando esta mañana (¡por fin!) Dumboshop ha publicado las fechas del próximo Craft & The City en Bilbao para el fin de semana del 15 al 17 de junio. Ya tengo mi plaza reservada y me ha durado la emoción todo el dia. Tengo que hacerme con unas RayBan rojas como sea.


miércoles, 25 de abril de 2012

Plan de Chicas




Hoy he decidido quitarme el polvo que me cubría estos últimos días y forzarle la mano a la alegría. He estrenado un vestido que me compré hace un par de meses, me he plantado el tacón y me he pintado el ojo.

Ayer tomé la decisión de que debo aprender a decir "no sé" y dejar que otros tomen decisiones por mí. Quizá no todas, pero alguna de vez en cuando no me vendría nada mal. Es una pena que no organicen talleres al respecto. Marylin lo hacía de perlas. No es que sea un paradigma de salud mental y final feliz pero creo que era una mujer inteligentísima que aprendió como nadie a hacerse la tonta. Y a mí un poco de eso me va a venir fenomenal.

Luego vendrá el trabajo personal de aprender a acatar esas decisiones que otros tomen, pero vayamos paso a paso. Por ahora me está costando mucho aprender simplemente a callarme. Mi tendencia natural es a gritar "¡por aquí!" mientras corro como pollo sin cabeza intentando parecer que sé a dónde voy y claro, los polluelos, desconcertados, me siguen abrumados por el alarde de carácter.

Así que tan mona como estaba subida a mis andamios, mi marido que las pilla al vuelo, me ha invitado a comer a Whitby (vale, sí, tenía que haber respondido "no sé" a la pregunta "¿dónde comemos?" pero igual empiezo mañana). Es un restaurante muy mono. Tardan en servir y al final lo traen todo junto y un poco frío pero hemos comido bien y no es carísimo. Nos hemos reído mucho, eso sí, porque yo tenía el día tonto y él gruñón y siempre es una combinación ganadora.

El restaurante lo he descubierto a través del blog Plan de Chicas y su post "Un fin de semana en Madrid". Siempre he creído que los de fuera conocen mucho mejor Madrid que yo misma y me encanta leer los especiales de la ciudad que la gente escribe para turistas. Siempre descubres algo nuevo. Como Whitby. No está mal.

No puedo dejar de compartir estas fotos de boda que les he enviado a mis amigas esta mañana que alguien ha twitteado hoy (sorry, no recuerdo quién). Es indescriptible. Por favor, disfrutadlas. Voy a elegir mis tres favoritas para comentarlas esta noche con unos gin-tonics en el perfecto Plan de Chicas made in Madrid.